El futuro de la agricultura se sustenta en dos pilares fundamentales: eficiencia y sostenibilidad. Estos son dos aspectos que caracterizan al sistema superintensivo, a pesar de las dudas legítimas y las acusaciones injustificadas que ha recibido.
En este artículo te contaré por qué el cultivo de almendro superintensivo representa un sistema de cultivo eficiente y sostenible como indican sus siglas: SES (Sustainable and Efficient System).
Índice de contenidos
¿Qué es la sostenibilidad?
Existen multitud de definiciones de lo que ha de ser la sostenibilidad, pero en mi opinión esta es la que mejor lo resume:
La sostenibilidad es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.
Podemos extraer varios conceptos más muy relacionados con la producción sostenible, como la sostenibilidad ambiental, que es aquella que pone el acento en preservar la biodiversidad sin tener que renunciar al progreso económico y social; la sostenibilidad económica, que se encarga de que las actividades que buscan la sostenibilidad ambiental y social sean rentables, y la sostenibilidad social, que busca la cohesión de la población y una estabilidad de la misma.
¿Cumple el cultivo superintensivo con todos estos aspectos? Veamos…
¿Es el cultivo de almendro superintensivo sostenible?
La investigación internacional ya ha validado la sostenibilidad agronómica y económica de las plantaciones superintensivas. El aumento de la densidad de plantación no es incompatible con las directrices de sostenibilidad.
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL
La gestión en las plantaciones superintensivas se efectúa según criterios de sostenibilidad / gestión integrada, contemplando, entre otras cosas, aportes de fertilizantes y enmiendas orgánicas, abono verde, cubiertas vegetales controladas, triturado de los sarmientos in situ. Además, el nuevo modelo de almendro en seto en secano se convierte en la alternativa perfecta para el cultivo ecológico.
Por tanto, las técnicas agronómicas previstas en las plantaciones superintensivas elevan la sostenibilidad medioambiental ya que fomentan, en lugar de obstaculizar, la formación de hábitats adecuados al ciclo vital de especies vegetales y animales presentes.
Aquí se muestran algunos ejemplos, en este caso en olivar:
- Bajo las hileras de un olivar superintensivo adulto se ha observado a finales de primavera la floración de orquídeas espontáneas pertenecientes al género Serapias . Prados áridos y baldíos, garrigas o claros de bosques constituyen, en ecosistemas naturales, el hábitat de estas orquídeas que poseen un sistema de polinización entomófila.
- El agrosistema superintensivo, gestionado según los criterios ecosostenibles , no contamina el medioambiente y no daña los insectos polinizadores, lo suficiente como para permitir la constitución y el establecimiento del hábitat adecuado para especies vegetales delicadas y exigentes desde el punto de vista ecológico.
- Cuerpos fructíferos de hongos basidiomicetos pertenecientes al género Coprinus, conocidos bioindicadores de la ausencia de contaminación por metales pesados, se han observado en la hilera de los superintensivos abonados con materiales orgánicos.
La medición del impacto medioambiental de un proceso productivo agrícola puede medirse con indicadores sintéticos avanzados, como la huella de carbono y la huella del agua.
En el caso del almendro superintensivo aún no existen datos, pero tomaremos como referencia los obtenidos en el cultivo de olivar superintensivo.
Se ha demostrado que el cultivo intensivo del olivo puede incluso doblar la cantidad de gases de efecto invernadero inmovilizado en la biomasa vegetal y en el suelo (carbon sinks) respecto a la tradicional en secano. En el caso del almendro, no será diferente.
No menos importante es la protección de las vertientes que las instalaciones superintensivas pueden ofrecer, si se tiene en cuenta que la superficie de suelo cubierta, y por lo tanto protegida, en las instalaciones tradicionales es como máximo del 50%, mientras que en los olivares superintensivos supera el 60%.
La elevada densidad de árboles representa paradójicamente el motivo fundamental de la ecosostenibilidad de este sistema de cultivo.
El sistema de cultivo superintensivo posee de manifiesto numerosos y notables requisitos de sostenibilidad ecológica, derivados de las técnicas de cultivo que lo caracterizan: cultivar y marcos de plantación, gestión de la copa, del suelo, del agua y de los nutrientes.
SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA
El sistema superintensivo permite producir reduciendo los costes de producción muy por debajo del precio al por mayor y representa la alternativa de cultivo más rentable de todos los sistemas de cultivo.
En este sentido, todas las previsiones apuntan a que a pesar de futuros escenarios de precios bajistas el almendro en seto sigue siendo rentable.
SOSTENIBILIDAD SOCIAL
Todos conocemos el papel que juega la agricultura en la fijación de poblaciones en los entornos rurales. El cambio a nuevos sistemas de cultivo que permitan aumentar la renta de las explotaciones será sin duda un handicap importante y de futuro.
Existen diversas áreas de la península con unas inmejorables características agro-climáticas para el cultivo de almendro en seto y donde actualmente el cultivo de cereal u otros leñosos de menor valor representa el cultivo principal, por lo que el cambio de mentalidad y la inversión en este tipo de cultivos puede asegurar la sostenibilidad de las sociedades en entornos rurales.
¿Por qué el cultivo superintensivo es un cultivo super eficiente?
La mejora en la eficiencia de las plantaciones de almendro superintensivo ha contribuido sobremanera a su sostenibilidad en todos los aspectos comentados.
El principal factor que ha conducido a la mejora de la eficiencia del cultivo ha sido considerar al almendro como una especie frutal en lo referido a tecnología de producción en particular protección del cultivo, riego y fertilización.
La base para el desarrollo de cualquier sistema de formación eficiente pasa por la optimización de la luz interceptada y su conversión en fotoasimilados. Cuanto menor sea la madera estructura y menor la copa inactiva por una iluminación insuficiente, tanto mejor será la eficiencia.
de plantaciones en su cuarto año de plantación escaneadas con la tecnología LIDAR (Fuente: GRAP-ETSEA-UdL, 2020).
El segundo aspecto clave para que permite optimizar la eficiencia del seto es conseguir una pared lo más uniforme y continua posible.
Dichas variables determinan el volumen de copa (m3/ha) y esta a su vez la producción por hectárea con un rendimiento en grano dependiente principalmente de la variedad.
Comparando con los 15.200 m3/ha del sistema intensivo en vaso tradicional con un marco de 6 x 4 m, permite además la la reducción casi a la mitad de los volúmenes aplicados en los tratamientos y una disminución de las pérdidas por deriva que conduce a un ahorro de casi 100 €/ha-año en el coste de los tratamientos y a un beneficio ambiental considerable.
La distribución de los carbohidratos procedentes de la fotosíntesis se ve afectada por el tamaño del árbol. Claramente los árboles pequeños son más eficientes en la distribución de carbohidratos hacia el fruto en detrimento del tronco y de las hojas. Ello implica una mayor eficiencia productiva en términos de número de frutos/m3 de copa o de producción/cm2 de sección de tronco.
Puede concluirse entonces que la adopción progresiva de sistemas de plantación superintensivos va unida a una mayor eficiencia de las plantaciones. Además, dichos sistemas permiten una entrada en producción más rápida, una mejor iluminación de la copa y la adopción de formas planas más accesibles tanto a las labores manuales como a las máquinas, mejorando su eficiencia. En definitiva, posibilitan una fruticultura de mayor precisión y más eficiente.
Hay que recordar que se trata de sistemas eficientes, siempre y cuando la tecnología de producción sea la adecuada. Cualquier error en la elección del material vegetal, en el diseño de la plantación, poda, riego, abonado, tratamientos o regulación de la carga, entre otros, puede dar al traste con una inversión realizada.
El almendro en seto como pilar de una agricultura sostenible
La innovación tecnológica seguirá siendo la hoja de ruta de los próximos de una especie que ya es considerada como un frutal.
Los aspectos de eficiencia y sostenibilidad en la producción de alimentos, ligados a su impacto en al clima y medio ambiente requerirán una especial atención dado que constituyen la hoja de ruta de la futura PAC enmarcada dentro del ‘Pacto Verde’ y de la estrategia ‘De la granja a la mesa’. Estrategia focaliza en el uso eficiente de inputs para un justo saludable y “ambientalmente
amigable” sistema alimentario.
Como has podido leer en este artículo, el almendro superintensivo cumple con todo lo necesario apra considerarse un cultivo sostenible y por tanto de futuro.
¡Nos vemos en próximos artículos!